Querido Śrīla Ācāryapāda,
Por favor acepte mis respetuosas reverencias a Sus pies de loto. Todas las glorias a Usted y al día de Su aparición.
Festejamos otro año de vida extraordinaria, de servicio inigualable. Es maravilloso como Usted ha podido en todos estos años tener conexíon personal e impacto masivo con tantos y tantos discípulos.
Recuerdo en 1996 en Nueva Gokula cuando me encontré con Usted y le pregunté de visitar Uruguay. Unos años más tarde, logramos tener el inmenso honor de poder recibirlo en un país que le estará eternamente agradecido.
Cuando Usted llegaba a mi país los funcionarios del aeropuerto se peleaban por llevar Sus maletas, por llevar Su bastón, por acercarse. Recuerdo como Usted les ponía aceite sagrado, e incluso remanentes de prasāda que ellos aceptaban encantados. Ellos jamás habían visto un devoto en la vida, pero sabían de inmediato que Usted era un representante de otro mundo, y en el corazón sabían que tenían que buscar Su misericordia sin causa.
Su apego a predicar, a no desperdiciar un momento, me mostró el ejemplo supremo de entrega. Pude asistirle personalmente en dos visitas a mi país, y son momentos inolvidables que me acompañan hasta hoy.
Este año pasado no pude coincidir con Usted en la gira, por estar en mi país. Seguí en separación las proezas de Sus viajes y me alegro profundamente que podamos tenerlo como referencia, guía, inspirador y maestro.
Le deseo un muy feliz Vyāsa-pūjā, y permanezco a Sus pies de loto como el más bajo aspirante a sirviente.
Haribuddhi dāsa