Por favor acepte mis humildes reverencias
Todas las glorias sean para Śrīla Prabhupāda!
Amado Guru Mahārāja
Desde el primer día que escuché hablar a los devotos sobre Usted, mi mente quedó maravillada. ¡Ansiaba conocerlo! Y aquella vez que por primera vez lo ví poniendo sus pies en el templo de la calle Andonaegui, también pisó mi corazón, y su huella de loto quedó impresa para siempre.
Usted es la imagen viva del amor incondicional al Guru. Su fuerza y su determinación obnubilan al más caído. Usted irradia la misericordia del Señor Nityānanda. Su cuerpo es el campo de batalla donde Kṛṣṇa-prema sale victorioso cada día.
Me inclino ante tamaña existencia, Celebro poder ser parte de este mundo material circunstancial donde tuve la fortuna de conocerlo. Agradezco a los devotos y devotas que hayan puesto en mi conciencia la semilla del amor a Usted. Porque Usted es la balsa que me mantiene a flote en este plano, y quien me inspira cada día a ser conciente de Kṛṣṇa, y a seguir remando para algún día llegar a casa, de vuelta al Supremo.
Que el Señor Caitanya lo mantenga por siempre en Sus kirtans, bailando y tocando yayos, en los corazones de cada uno de los seres de este y de todos los mundos.
Reverenciando su enormidad, le deseo un auspicioso y nectáreo día de su Vyāsa-pūjā. Por favor, nunca suelte mi mano.
Su sirviente eterna,
Mādhurya Īśvarī devī dāsī (śīkṣā)
Argentina